25 de abril de 2013

Experimentando con la comida

         A Peque le gusta comer, de eso no hay duda, ha salido como su padre, y en eso hemos tenido suerte. A lo único que le pone peor cara es a la fruta, pero con un poco de entretenimiento y con un cacito de cereales, todo solucionado.
      Desde hace tiempo le damos a probar cosas para que las vaya comiendo. Por lo general, a la hora de la comida le sentamos con nosostros y, aunque ya se ha tomado su puré y su yogur, solemos ofrecerle trocitos de las cosas que estamos comiendo. ¡Y pobre de tí si no se lo das! Te tira con tanta fuerza del brazo que no te queda más remedio, jeje. Por eso pesa lo que pesa, claro está.
      La cosa es que como ya tiene 13 meses y como le gusta comer, yo había pensado en ofrecerle para cenar algo más que el biberón. Ya algunas noches le había dado un poco de fiambre,pero no mucho, y me apetecía montar una cena en plan familia, así que me dije "tortilla para todos".
      Batí los huevos e hice primero una pequeñita, sin sal, para Peque, y luego el resto, para el Churri y para mí. A Peque le encantó la cena y yo disfrutaba viendo cómo comía, aunque varias veces tuve que apartarle el plato. Yo le ofrecía cachitos pequeños con el tenedor, pero Peque cogía ávidamente, y a dos manos, otros trozos y se los metía en la boca, mientras yo seguía cortando la tortilla.
      Cuando se cansó de comer le ofrecí el biberón. Lo preparé igual que todas las noches, porque no sabía qué cantidad de tortilla iba a comer, y se lo tomó casi enterito. 
      Yo estaba encantada, pero al Churri parecía no gustarle demasiado la idea de la cena en familia, demasiado estrés para él, que le gusta cenar tranquilamente, viendo alguna serie en el ordenador y lo de tomar la cena un poco fría porque hay que preparar la de Peque o tener que levantarse a calentar el bierón a media cena, no acaba de convencerle.
      Mientras le daba a Peque su cena yo iba comiendo la mía. Cuando acabé saqué a Peque de la trona, para irnos a la cuna. Y en ese momento empezó "la fiesta".
      Peque se convirtió en una fuente, echó todo el biberón y toda la tortilla. Al principio me preocupé porque como ha tenido mocos y la temperatura un poco alta pensé que podía ser por eso, pero luego ví la razón. ¡Todos los trozos de tortilla estaban enteros! No había masticado nada, lo había engullido todo.
      Ni os podéis imaginar todo lo que salió por la boca del Churri, eso sí, en bajito, para no molestarme demasiado, el pobre, con lo poco que le había gustado el experimento desde el principio y encima se le jode fastidia el final de la cena, que es lo que más le gusta.
      Limpié y cambié a Peque y me lavé y cambié yo, le dormí mientras Churri limpiaba el suelo, fregué los cacharros de la cena y el suelo del comedor, pusimos una lavadora con todo lo que habíamos manchado y la tendimos. Vamos, que acabamos con el experimento casi a las doce de la noche. Yo agotada y el Churri con un cabre monumental.
      Esta noche no sé si atreverme a seguir con los experimentos, desde luego con Churri no puedo contar, pero ¡¡¿entonces que hago yo con tanto queso fresco y fiambre que he comprado para las cenas?!!

2 comentarios:

  1. jajaja... ahora entiendo por qué está tan guapo ese pillín! no puedo aconsejarte porque sabes que yo de niños poco no, nada de nada! Y tú sigue escribiendo, que aunque no te escriba comentarios lo veo de vez en cuando! por cierto, me encantó tu 10x4. Besitos a los tres

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    1. Es que como aquí no se ve quién te lee sin comentarios parece que escribes para nadie.
      A ver si nos vemos el próximo miércoles y te doy tu broche.
      Muchos besos.

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